Organizaciones comentan implicancias de adhesión de Chile a Tratado de Escazú

Con 31 votos a favor, 31 en contra y 11 abstenciones, el Senado aprobó la adhesión de Chile al Acuerdo de Escazú este martes. Con ello, culmina el trámite legislativo del acuerdo socioambiental.

Ahora, deberá ser promulgado por el Presidente Gabriel Boric, para luego comunicar la ratificación ante la Secretaría General de las Naciones Unidas. Recién en 90 días desde este hito, Chile se convertirá en un Estado parte. De esta forma, el país se convertirá en la nación número 25 en firmar el tratado y el 13avo en ratificarlo.

Protección a los activistas medioambientales

Esta importante y anhelada noticia fue recibida con esperanza desde el mundo de la defensa del medio ambiente. Los activistas coinciden en que el acuerdo podrá garantizar un mayor acceso a la información, participación ciudadana, y acceso a la justicia ambiental.

Pero por sobre todo, la esperanza es que se materialice aquello que lo vuelve único a nivel mundial, la protección de organizaciones y personas que defienden las causas ambientales.

Respecto a los desafíos que se aproximan con la implementación de este acuerdo, los defensores ambientales apuntan a la necesidad de fomentar la participación de los pueblos originarios en la implementación del tratado, mediante una consulta indígena.

Por otra parte, representantes de la región también esperan que el acuerdo ayude a detener el nacimiento de una “nueva zona de sacrificio”, que está surgiendo entre la región de Los Lagos y Magallanes.

“Desde la región de Los Lagos a Magallanes está naciendo una nueva zona de sacrificio, esta vez no por un conflicto unilateral, como suele ser en el centro-norte de Chile. Sino que aquí es múltiple, más complejo, dado que son múltiples causas y en sectores diferentes de territorios y maritorios. Por eso la implementación consciente y efectiva del tratado es clave”.

Juan Carlos Viveros, coordinador de la organización Defendamos Chiloé.

“Esto es apenas el comienzo”

Así lo confirmó Juan Carlos Viveros, quien es coordinador de la organización Defendamos Chiloé. El también embajador del tratado, representa las causas socioambientales del sur patagónico, como la contaminación acuícola de ecosistemas marinos, la destrucción de bosque nativo, pomponales y turberas

Viveros aseguró que “esto es apenas el comienzo. Ya que la etapa de implementación de este tipo de acciones lo que más importa a las organizaciones. Puesto que es donde en otros acuerdos o convenios internacionales, se recortan los alcances”.

“Desde la región de Los Lagos a Magallanes está naciendo una nueva zona de sacrificio, esta vez no por un conflicto unilateral, como suele ser en el centro-norte de Chile. Sino que aquí es múltiple, más complejo, dado que son múltiples causas y en sectores diferentes de territorios y maritorios. Por eso la implementación consciente y efectiva del tratado es clave”, explicó el activista.

Derecho prioritario al agua

Por su parte Bárcara Astudillo es investigadora en Fundación Territorios, embajadora del acuerdo y parte de colectivos activistas en la provincia de Petorca. La defensora del medio ambiente coincide en que la implementación del tratado será crucial, junto a la democracia de acceso a los territorios de Chile para hacer efectivo el tratado.

La activista del territorio de mayor conflicto socioambiental por el agua del país agregó que junto a la correcta implementación del acuerdo, vienen las etapas de “asegurar la participación, la incidencia en la planificación, y en el ordenamiento territorial. Así como un balance hídrico que permita un concejo de cuencas donde las comunidades puedan gestionar y decidir sobre el derecho prioritario al agua”.