Día Mundial de Los Humedales: “En diversas partes de Chile no hay nada que celebrar”

Hoy, miércoles 2 de febrero es el Día Mundial de Los Humedales. La fecha corresponde a la conmemoración de la firma del Convenio de Ramsar, en 1971. La Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional de Ramsar es un tratado intergubernamental. El convenio tiene como misión la conservación y el uso racional de los humedales. Chile suscribió a la Convención de Ramsar como Ley de la República en el año 1981.

Pese a ello, en innumerables lugares del país y la región al día de hoy, los humedales se encuentran en constante amenaza, frente a autoridades que muchas veces deciden ignorar la importancia que estos cuerpos de agua tienen para las personas y los ecosistemas.

Es una situación que Karla Linco, del Colectivo Cuenca Sur de Osorno conoce muy bien. La activista osornina es además integrante de la Red Plurinacional de Humedales de Chile. Linco cuenta que a partir del trabajo colectivo entre las organizaciones medioambientales de la zona y el país “hemos detectado que todavía en diversas partes de Chile no hay nada que celebrar”. Específicamente, Osorno, agrega Linco, “se está convirtiendo cada vez más en un símbolo de impunidad para aquellas empresas que destruyen los ecosistemas acuáticos. Así es que los ríos, por ejemplo, que se han venido contaminando por más de 30- 40 años en Osorno, como el río Damas”.

Destrucción de dos humedales el año pasado

Además, agrega que ha existido un daño muy importante a los humedales de la zona. “Tenemos solamente durante el año pasado la destrucción de dos humedales. Que fueron el Humedal Los Sapos y también los trabajos para Humedal Garza Grande, que está en el sector Las Quemas. Esto por la ampliación de los centros urbanísticos, que buscan cualquier espacio y se instalan”.

La activista se refirió además al punto de vista de las organizaciones medioambientales en torno a la reciente controversia entre el alcalde de Osorno, Emeterio Carrillo, y el seremi de Vivienda y Urbanismo de la región de Los Lagos, Jorge Guevara.

Declaraciones cruzadas entre Seremi de Vivienda y alcalde Carrillo

La polémica comenzó cuando el seremi, en entrevista con la Radio Sago, aseguró que el alcalde priorizó los intereses de algunos particulares por sobre la necesidad de reducir el déficit habitacional de la comuna. Que hoy asciende a cerca de 5 mil viviendas. Esto porque, según el seremi, la solicitud de declaratoria de Humedales Urbanos en el sector comprometería al proyecto habitacional de más de 1200 viviendas en el predio Baquedano.

Por su parte, Carrillo contestó a estas declaraciones a través de un comunicado público. El edil señaló que las solicitudes de declaratorias de humedales son una obligación que deben cumplir por normativa legal todos los alcaldes del país. Lo cual no va asociado a la suspensión de la construcción de viviendas. “Sino más bien ésta permite que la ciudad avance conforme un desarrollo territorial armónico al medio ambiente, protegiendo el ecosistema. Pero también ofreciendo una vida útil mucho más larga a esas casas. Pues se obliga a quien construye a cimentarlas en zonas seguras, libres de humedad, y de cualquier otro factor externo que contribuya a su deterioro en el tiempo”.

Además, el jefe comunal aseguró que la superficie informada por el municipio como humedal en la zona de Baquedano alcanza a las 16,8 hectáreas, quedando para construcción de viviendas alrededor de 74 hectáreas.

Desde el mundo del activismo medioambiental, comentó Linco, respaldan las declaraciones del edil. Ya que según la activista medioambiental, comprenden que “la vivienda propia es una necesidad muy grande de nuestro pueblo (…) nosotros lo que creemos es que es totalmente compatible la existencia de viviendas con la presencia de humedales”.

Esto, siempre y cuando, advirtió, se tomen los resguardos necesarios para proteger a estos cuerpos de agua. Se debe “resguardar que los humedales tengan recarga de sus acuíferos. Es decir, que no se cemente tanto en los espacios cercanos al humedal, por ejemplo”, señaló Linco.

Ningún humedal urbano declarado en Osorno

Ahora, respecto a la gestión del alcalde en general, Linco señaló que celebran la preocupación del municipio por ingresar sus propias declaraciones de humedal urbano. No obstante, algo que lamentan es que hasta el día de hoy no existe ninguna declaratoria oficial de humedal urbano en la comuna. Ya que ninguno de los más de 22 humedales que las organizaciones medioambientales han individualizado se encuentra reconocido por el Ministerio de Medio Ambiente.

En este sentido, desde Cuenca Sur reconocen que existe una intención de que se declaren humedales urbanos. Sin embargo, ven con preocupación el hecho de que “igual tenemos el arrase y la destrucción de humedales”. La situación, asegura Linco, denota negligencias, tal vez intencionales, por parte del municipio.

No basta sólo con ingresar la declaratoria de humedal urbano para resguardar este cuerpo de agua. Lo que debería suceder, según la activista, es que el municipio oficie al particular, indicándole que se trabajará en su predio, para que el humedal que se encuentra en el, se convierta en un humedal urbano. “Y el particular tiene que entender que desde ese momento ya está imposibilitado de realizar cualquier acción dentro de ese humedal. Es decir, no rellenarlo, no drenarlo, no cortarlo, no dividirlo”, enfatizó Linco.

¿Que perdemos al destruir los humedales?

En cuanto a lo que significa la pérdida de los humedales para las personas y el planeta, es un tema que desde el Convenio Ramsar han tratado en numerosas ocasiones. Como han comentado desde la organización, la pérdida de los humedales significa que los habitantes de ese territorio se enfrenten a la escasez hídrica, y que queden expuestos a inundaciones y sucesos climáticos extremos. Sobre lo mismo, la destrucción de estos cuerpos de agua trae consigo la pérdida de diversos medios de subsistencia y bienestar y la inseguridad alimentaria

Mientras que para el planeta y los ecosistemas, algunas de las consecuencias son la pérdida de la filtración natural de agua dulce, la disminución de la biodiversidad y el aumento de las emisiones de carbono y metano.

Redacción: Manuela Barrueto