Suprema declara ilegal relocalización de salmoneras sin participación ciudadana

El pasado 31 de enero, la Corte Suprema acogió un recurso de protección presentado por comunidades indígenas y ONG. Con ello, ordenó al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), abrir un proceso de participación ciudadana previo a la autorización de instalación, fusión y relocalización de cuatro centros de cultivo de salmones al interior de la Reserva Nacional Kawésqar.

Fueron las comunidades kawésqar Ata’p y Nómades del Mar, con el apoyo además de las ONG Fima, Greenpeace y Aida quienes presentaron este recurso en abril del año pasado.

En la sentencia, la Tercera Sala del máximo tribunal estableció el actuar ilegal y arbitrario del SEA  al no contemplar el procedimiento de participación ciudadana antes de aprobar los proyectos objetados, como exige la norma legal.

El fallo también se refiere a la afirmación del SEA respecto a que no hay localidades próximas que puedan sufrir externalidades negativas por los centros de cultivo. Al señalar que “se ha de tener presente” que el cultivo de salmones se desarrolla, aún controlado, sobre la superficie marítima.

En este sentido, agrega, “el uso de antibióticos y las eventuales fugas de salmones o sus deposiciones son susceptibles de afectar grandes áreas. Que sobrepasan la supuesta distancia del proyecto al poblado más cercano”.

La resolución además recuerda que los órganos del Estado en la aplicación de los instrumentos de gestión ambiental tienen la obligación de contemplar a las comunidades indígenas. Para fomentar la adecuada conservación, desarrollo y fortalecimiento de la identidad, idiomas, instituciones y tradiciones sociales y culturales de los pueblos, comunidades y personas indígenas.

Lugar de operación es sitio funerario del pueblo Kawésqar

Esta arista es particularmente importante al considerar que tanto el lugar donde se encuentran actualmente los centros de cultivo como aquel al que buscaban trasladarse son sitios ceremoniales y funerarios del pueblo Kawésqar.

Así lo confirma Leticia Caro, representante de la Comunidad Kawésqar Grupos Familiares Nómades del Mar. La dirigenta kawésqar relata que como comunidad, existen varias aristas de este fallo que valoran. Entre ellas, que sienta un precedente respecto a que la afectación de la salmonicultura se extiende más allá de las inmediaciones de las salmoneras.

Sin embargo, lamentan tener que cumplir, y financiar con sus propios recursos acciones de fiscalización y regulación en torno a la industria. Ya que se trata de un rol que deberían cumplir los organismos competentes. “Pero simplemente no se movilizan, siempre hay excusas, que no hay recursos, que no hay lanchas, etc”.

Caro agrega que, al instalarse una empresa de esta magnitud, debería existir la misma magnitud de fiscalización. Pero, además, la industria debería, como mínimo, respetar tanto la propia legislación chilena, como los convenios internacionales, que amparan a los pueblos indígenas.

La dirigenta kawésqar agregó: “es necesario avanzar en equidad, en equilibrio. Hay que mirar al territorio y ver todo lo que aún tenemos. Antes de que nos volvamos dependientes de una industria que saquea territorios; que daña culturas; que daña espacios milenarios; y que no respeta los derechos de los trabajadores”.

Redacción: Manuela Barrueto

Fotografías: Antonio Vizcaíno