Cucharón de la dignidad

Ollas Comunes: cuando la dignidad se hace con amor y sabor

“Hoy estamos resolviendo una necesidad vital que es la alimentación. La clase trabajadora es la que está pagando toda esta precariedad, que se ha generado por la crisis sanitaria. Si no nos apañamos nosotros mismos. No lo hará el estado ni el empresariado”, Ana Godoy.

Cuando se consulta la historia de un país, se da cuenta que existen hechos, acciones, actitudes, palabras, que van apareciendo cada cierto tiempo. Lo anterior ayuda a concluir que los acontecimientos circunscritos a una cultura o sociedad en especial, es cíclica.

Historia de las Ollas Comunes

Fue durante la depresión de los años 20, en el siglo pasado, que en nuestro país se popularizaron las ollas comunes. Instancia que permitía enfrentar la difícil situación económica que muchos chilenos y chilenas atravesaron durante este periodo.

El golpe militar del 73 y una nueva recesión en los 80, incidieron para que estas costumbres comunitarias, retornarán. La Olla Común no es más que el reflejo de una sociedad precarizada, que busca maneras de paliar el hambre. A pie de esfuerzo, compañerismo y solidaridad, intenta aflojar la cruda realidad de un sistema que sólo ve números y no personas.

Hoy, en medio de la crisis sanitaria, provocada por el covid 19, que ha generado un daño colateral cuantioso en la “clase media” del país. Sumado al cierre de un gran porcentaje de pequeñas y medianas empresas. Aparece nuevamente la “carta bajo la manga” de muchas familias chilenas. El objetivo es acudir en la ayuda del vecino, del compadre, del amigo que está sin trabajo y no tiene como “parar la olla”. El aporte de todos, aunque sea mínimo, alcanza para tomarse una sopa caliente. Comer una cazuela junto a gente que está en las mismas condiciones que tú, que yo, u otros tantos.

El Cucharón de la Dignidad

En este sentido consultamos lo que está realizando la mesa social en Puerto Montt. En conjunto con otras organizaciones, como lo es la Federación de Comerciantes 4 Colinas, sumado a estudiantes de la Universidad Santo Tomás. Todos ellos, desde el mes de mayo de este año, comenzaron a trabajar en colaboración mutua, para ir en apoyo de trabajadores que lo estaban y están pasando mal en medio de esta crisis sanitaria.

El objetivo es acudir en la ayuda del vecino, del compadre, del amigo que está sin trabajo y no tiene como “parar la olla”.

Ana Godoy, activista feminista y miembro de la Coordinadora No Más Violencia de Género de Puerto Montt, nos comentó que iniciaron la ayuda en diferentes sectores de la capital regional. Lo anterior a causa de la necesidad que existe, ya que como ella contó, “muchas personas están sin trabajo, redujeron sus horarios, y por ende no cuentan con recursos”.

La iniciativa denominada “El Cucharon de la Dignidad”, partió de forma un tanto compleja. La primera vez que salieron a repartir colaciones en el centro de la ciudad, personal de carabineros no permitió que se entregaran los alimentos a las personas que estaban haciendo fila.

“Nosotros llegamos con la comida preparada en los peroles, para poder entregarles la comida caliente a quienes lo necesitara. Al momento de comenzar a dar las colaciones, carabineros de chile llegó hasta el paseo Talca, donde nos habíamos colocado, y no nos dejó entregar la comida”, reveló Ana Godoy.

Lugares de entrega

Esta actividad, que ya lleva poco más de 2 meses funcionando en el terminal de buses, en filas de quienes están tramitando su cesantía (AFC). Donde se apostan las personas de la tercera edad, que van a retirar sus jubilaciones en la Caja Los Héroes, y en muchos otros lugares de la capital regional. Se entregan alrededor de 250 raciones cada vez que salen a repartir. Otras veces, como lo señaló Ana Godoy, se entrega un poco más, dependiendo de los aportes que reciban.

“También le consultamos a otras ollas comunes de la ciudad para poder apoyar. En esto hemos preparado en algunas ocasiones cajas de alimentos. Por ejemplo,  el jueves se entregó una olla comuna al campamento que está en Pelluco, donde también les llevamos algunas cajas con alimentos”, detalló la activista.

Junto con esto, Ana agregó: “Nosotros no tenemos pensado bajar los brazos. ya que hay mucha necesidad. Lo que hacemos aún es muy insuficiente pero es lo que podemos hacer. Ojala podamos encontrar más apoyo para continuar con esta labor. Por lo menos las que están en el centro realizando sus trámites y quienes trabajan en estos sectores”

Desayunos

No sólo almuerzos entrega el “Cucharon de la Dignidad”. Tal como lo indicó Katherin Fuentes Santibáñez, presidente Federación Comerciantes Ambulantes 4 Colina, todos los miércoles, a eso de las 8 de la mañana, se juntan para ir al centro de la ciudad a entregar desayunos. La entrega se hace a quienes están realizando trámites en diferentes sectores de la ciudad. Sobre todo a los adultos mayores que hacen colas en la Caja los Héroes, AFC e IPS. Allí se les entrega una taza de té, café o milo, según lo que haya sido donado.

Además, “Kathy”, como es conocida por sus pares contó también que reciben ayuda de organizaciones como la ANEF. Desde donde se les entregan insumos para poder elaborar las comidas que se entregan diariamente en los sectores del terminal de buses y las colaciones a los vendedores ambulantes del centro de Puerto Montt.

Como lo explicó la dirigente sindical, son alrededor de 15 personas las que están trabajando constantemente para llevar esta ayuda a diferentes sectores del centro de la ciudad.

Centros de Acopio

La representante de la Coordinadora de No Más Violencia de Género, explicó que todo esto se está ejecutando gracias a la voluntad de muchas personas, que tienen las ganas de ayudar y cooperar con quienes no cuentan con la posibilidad de generar recursos para alimentarse.

“Hoy estamos resolviendo una necesidad vital que es la alimentación. La clase trabajadora es la que está pagando toda esta precariedad, que se ha generado por la crisis sanitaria. Si no nos apañamos nosotros mismos, no lo hará el estado ni el empresariado”.

El centro de acopio, que está ubicado en calle San Felipe #136, funciona todos los martes, desde las 11 de la mañana hasta las 15 horas, donde reciben sus aportes para continuar con las ollas comunes.

Ana Godoy aprovechó de señalar el número telefónico de quien está a cargo de este centro de acopio (+56 9 8671 4076), para quienes deseen cooperar con esta ayuda.

El centro de acopio, que está ubicado en calle San Felipe #136, funciona todos los martes, desde las 11 de la mañana hasta las 15 horas, donde reciben sus aportes para continuar con las ollas comunes.

Si bien, este tipo de acciones se pueden enmarcar en conceptos de solidaridad, empatía, colaboración, ya que logra reunir esfuerzos, sobre todo de mujeres, que apunta de “ñeque” y conciencia social, buscan mitigar el dolor y la desesperanza de muchas personas, que ven con incertidumbre todo lo que acontece en estos momentos.

Cabe analizar si este tipo de soluciones son las adecuadas, ya que en un país, que se jacta, a través de sus autoridades, de ser el “jaguar de Latinoamerica”, no logra encontrar el camino de equidad que necesitan muchos chilenos para salir de la pobreza. Sobre todo para acceder a una vida digna, lo cual no has tornado en estos últimos meses, a remembrar en carne propia, lo que se vivió en las calles durante la dictadura militar, donde el hambre era lo que había que mitigar.

Redactado por Daniel Carrasco.