Kimun Mapu y Rosa Parks, la historia de dos centros culturales autogestionados en Puerto Montt

Comunidad, territorio y autogestión son algunos de los conceptos que más se repiten al conversar con Patricia Mancilla, del Centro Cultural Kimun Mapu, y Diego Oyarzo del Centro Social y Cultural Rosa Parks. Ambas organizaciones surgen de la inquietud de un grupo de individuos que buscan generar trabajo territorial a través de la cultura y el arte. 

En el caso de Rosa Parks, Diego cuenta que nació hace ya 8 años en la población Pichi Pelluco. En sus orígenes fue un colectivo de hip hop, forjado por educadores y también otros individuos. 

Basado en la autogestión

Respecto a su funcionamiento, Rosa Parks está fuertemente basado en la autogestión y el apoyo de la comunidad. Que es lo que mantiene a este centro cultural itinerante activo. Su enfoque son actividades musicales, proyectos educativos y también trabajo territorial, en toda la comuna.

Esta vinculación con las organizaciones es directa “los ojos de frente”, con sindicatos, bandas, etc.  Pero Diego señala “siempre respetando las bases, nosotros estamos naciendo y en el territorio vas aprendiendo día a día”. 

La actividad más importante que realizan es el festival “Rhythm and Poetry”, que este año celebra su novena versión. Si bien esta iniciativa nace del hip hop, ha ido evolucionando. Hoy, según Diego, busca dar un espacio a bandas con estilos de música diversos. Pero agregó, “que emergen en el territorio y que de repente están un poco escondidas y buscan espacios”. 

Diego se refirió además al sustento político de la organización. Señalando: “sabemos que este trabajo es político y lo que nosotros estamos haciendo lo hacemos con ese fin”. Y agregó que les gustaría poder conectar con las nuevas generaciones. Y de esta forma “hacer una germinación de una semilla que buscamos que en algún futuro, en algún mundo lejano genere una revolución real”.

“Queríamos ocupar las calles para que no las ocupen otros”.

Patricia Mansilla, artesana y gestora cultural

Alerce en disputa

En una vereda similar está Patricia Mansilla, artesana de oficio, quien vive en Alerce hace 17 años, y hace 15, participó en la creación de Kimun Mapu, primero a través de una junta de vecinos y luego en su propio espacio. 

El origen del proyecto, según Patricia, tiene mucho que ver con las condiciones materiales de Alerce. Este territorio es para muchos llamado “ciudad dormitorio”, ya que la inmensa mayoría de la población trabaja afuera, en Puerto Montt u otras ciudades aledañas.

Así, entre las extensas jornadas en la industria salmonera, en la construcción, entre otros, y el tiempo de traslado hacia el trabajo, niños y jóvenes deben pasar mucho tiempo solos. Eso llevó a un problema de pandillas, y preocupaciones de seguridad. 

Es allí donde nace Kimun Mapu, y comienzan a generar diversas actividades artísticas orientadas a niños, niñas y adolescentes. Patricia señala: “queríamos ocupar las calles para que no las ocupen otros”.

Cultura, arte y educación

Hoy en día, sin embargo, han crecido mucho más allá de eso. No sólo tienen su propia sede, ubicada muy cerca de la intersección de las calles Víctor Jara y Violeta Parra, sino que han organizado un sinfín de actividades en torno al arte, la cultura y la educación. 

Por ejemplo, se realizaron nivelaciones para adultos con fines laborales por 5 años. También, talleres de oficio, telar, entre otros. Una de las actividades más destacadas tiene que ver, sin embargo, con la visita del colectivo las Arpilleristas de Lo Hermida.

En la visita de dicho colectivo, que fue reconocido como Tesoros Humanos Vivos en 2012, se reunió a 15 mujeres de organizaciones sociales de todo Puerto Montt con el objetivo de adquirir el conocimiento de la técnica de las arpilleras. Considerando además, la connotación histórica y de memoria de este arte, y su relación con la dictadura militar. 

A raíz de esta actividad es que también se reúnen con usuarias del Programa de Reparación y Atención Integral de Salud (PRAIS) a los Afectados por violaciones a los Derechos Humanos. Esta actividad tenía como objetivo impregnar en una arpillera la experiencia de estas sobrevivientes. De esta experiencia se creó un libro que se encuentra hoy en el Museo de la Memoria, tanto en digital como en papel. 

Más de 10 años de Tributo a Violeta Parra y Victor Jara

Finalmente la actividad del Centro Cultural Kimun Mapu que es más significativa y que ha perdurado en el tiempo es el “Tributo a Violeta Parra y Victor Jara”, que lleva realizándose por más de 10 años. 

La iniciativa tiene por objetivo principal homenajear a Violeta Parra y Victor Jara, pero también abrir un espacio para que todo tipo de artistas den a conocer su trabajo. Así además de músicos, entre los invitados hay danza, teatro, muralismo, pintura, entre otros. Además, hay espacios para los artesanos, y stands para organizaciones sociales, para que puedan vincularse con la comunidad. 

Respecto a la música, el objetivo principal es la participación de músicos y agrupaciones de la comuna y la región, para que muestren no sólo tributos sino también sus propias creaciones. Pero también han participado en algunas versiones músicos de renombre nacional como Manuel García, Chinoy y Evelyn Cornejo. 

La artesana se refirió además de manera crítica a la gestión cultural en la comuna: “No hay un catastro de grupos de distinta naturaleza, existimos, está vivo, pero a nadie le importa recogerlo”. Agregó que “no hay preocupación por poblaciones, sectores rurales, etc. Los pocos recursos que hay en Cultura y Arte están concentrados en los mismos espacios de siempre y con la misma gente que forma parte de la cultura de élite”.

Bordar la constitución

En cuanto a sus actividades a futuro, Patricia cuenta que buscan formar una arpillera grande y colectiva, donde se borden los artículos más importantes de la nueva constitución. Mezclando así el arte, el rescate patrimonial y la participación ciudadana.

Redacción: Manuela Barrueto
Fotografías: Kimun Mapu