Buscan que Valle Cochamó sea Santuario de la Naturaleza: “No queremos estar peleando con cada amenaza que aparece”

La venta indiscriminada y masiva de terrenos y parcelaciones es una realidad constante en diferentes zonas del sur de Chile. Muchos de estos proyectos inmobiliarios o turísticos no cumplen con las regulaciones legales en cuanto a la subdivisión predial en zonas rurales, o la prohibición general para el desarrollo de obras al margen de la planificación urbana.

Asimismo, se trata de construcciones que no se hacen cargo de las externalidades negativas que provocan, y no cuentan por ejemplo, con acceso a agua potable, gestión de residuos, ni tratamiento de aguas servidas.

Desde 2017

Hace cinco años, una comunidad de habitantes y trabajadores del Valle Cochamó decidió organizarse, y fundó la Organización Valle Cochamó. La agrupación está conformada por activistas, propietarios, trabajadores del turismo, arrieros y miembros de la comunidad indígena, entre otros.

La motivación para ello fue principalmente los efectos negativos que estaba generando la alta visitación al sector. “Teníamos problemas con la basura, y personas que no tenía un espacio para dormir arriba, por lo que acampaban en cualquier parte. Además hubo muchos accidentes”, explica Tatiana Sandoval, presidenta de la organización. En esta colaboración, lograron ofrecer a los visitantes un sistema de reserva, para garantizar su lugar en el Valle.

Rol actual

Hoy en día, el objetivo de la organización es proteger al Valle de diferentes amenazas. Sobre todo a los circuitos patrimoniales La Herradura y Paso El León. El territorio es hogar de numerosas especies de mamíferos, aves y anfibios en peligro de extinción. Además, alberga además 8.000 hectáreas de alerce milenarios.

Mecanismo legal de protección

Sin embargo, el sector no cuenta con ningún mecanismo legal que lo proteja. Se trata mayoritariamente de propiedad privada, que no forma parte de un Parque Nacional, reserva privada ni Santuario de la Naturaleza.

Es por ello, que el propio Valle ha tomado en sus manos la responsabilidad de proteger este paraíso natural. De hecho, fue la presión de la comunidad la que recientemente logró bajar un proyecto inmobiliario de la empresa Activo Austral.

La inmobiliaria se encontraba en proceso de venta de 79 parcelas dentro del Valle Cochamó. A sólo 2 kilómetros del sendero, se configuraban como una amenaza directa para la biodiversidad allí presente.

Luego de numerosas protestas, negociaciones con la empresa, y el despliegue de una campaña comunicacional, el 22 de abril de 2022, la empresa anunció la paralización de las ventas, y la devolución de las reservas realizadas hasta ese momento.

Comunidad permanece en alerta

Sin embargo, la comunidad permanece alerta y asume que esta no es la primera, ni será la última amenaza para el lugar. Por ello, ya se encuentran preparando diferentes acciones que buscan encontrar una solución de protección más permanente.

“El llamado a la comunidad es invitarlos a conocer el proyecto, y que significa largo plazo. Que nosotros queremos proteger este lugar para futuras generaciones. No queremos estar peleando con cada amenaza que aparece. Por eso pensamos que una protección formal puede ayudar a estas batallas que cada año aparecen no solo en el Valle, sino que en todos lados”.

Tatiana Sandoval, presidenta de la Organización Valle Cochamó.

En primer lugar, la organización sostuvo una reunión con la Ministra de Bienes Nacionales Javiera Toro. El objetivo fue presentarle los antecedentes que avalan la declaración de un Santuario de la Naturaleza en el Valle Cochamó.

Economía circular

Ahora, buscan continuar visibilizando este proyecto a la comunidad local y general. La presidenta de la Organización Valle Cochamó, Tatiana Sandoval, explica que aunque en un principio no fue tan fácil generar un vínculo con la comunidad del pueblo, “hoy día está demostrado que el valle Cochamó genera una economía circular en el pueblo. Así que creemos que esa era la dirección correcta y por lo mismo seguimos trabajando”.

“El llamado a la comunidad es invitarlos a conocer el proyecto, y que significa largo plazo. Que nosotros queremos proteger este lugar para futuras generaciones. No queremos estar peleando con cada amenaza que aparece. Por eso pensamos que una protección formal puede ayudar a estas batallas que cada año aparecen no solo en el Valle, sino que en todos lados”, explicó la activista.

Redacción: Manuela Barrueto