Columna de Opinión del Periodista Daniel Carrasco

Vivimos tiempos tan complicados, que la radicalización de las posturas se han tomado el escenario de cada discusión, sin permitir entender otros puntos de vista.

Desde que apareció en escena esta nueva enfermedad, se ha teorizado y elaborado muchas ideas que confirman -desde cierto punto de vista- “teorías conspirativas”. Todas ellas guardan relación con el control de la población, crecimiento demográfico y en los más extremos, disminución de la población mundial.

Hace un par de días, me enredé en una discusión concerniente a la noticia actual de la llegada de las vacunas a Chile, y de si efectivamente son seguras para la población. Argumentado en el hecho supuesto, de que la enfermedad del coronavirus es mortal, y de una tasa de infección altísima, como se ha venido pregonando a través de autoridades políticas, y de salud.

El origen de las coincidencias

El conato se originó a raíz de la publicación de un video, que asocia la actual pandemia a una serie de acciones llevadas años atrás, donde precisamente, el crecimiento demográfico fue un punto a considerar por gobiernos mundiales.

Ejemplo de esto es lo que sucedió en Estados Unidos, donde el ex secretario de Estado, Henry Kissinger elaboró un informe para la administración de Richard Nixon. En él se daba cuenta de esto, y como podría afectar a los países desarrollados, causando conflictos sociales. Lo anterior incrementarían el riesgo de disturbios civiles e inestabilidad política en los países que tenían un alto potencial para el desarrollo económico.

Postula este documento también que es de máxima importancia que se adopten medidas, para promocionar la anticoncepción y controlar este desmesurado crecimiento. Además señala que la economía norteamericana requerirá de importantes recursos, que son obtenidos en otros países y que dicha población puede producir fuerzas desestabilizadoras de oposición en contra de Estados Unidos.

Las promesas

Para nadie son desconocidas las políticas imperialistas de las grandes potencias mundiales. Las que se han introducido en países más pequeños, para controlar la industria, el comercio, la extracción de recursos naturales y por encima de eso, el control de la economía y el poder.

Vivimos actualmente una situación compleja, donde el miedo y la incertidumbre es caldo de cultivo para que aparezca información salvadora y mesiánica. “A río revuelto, ganancia de pescadores”. Que promete un retorno a la normalidad, y que de cierta manera se transformará en el requisito para ello.

El Covid 19 ha sumido a mucha gente en este miedo, puesto que, desde las cúpulas de poder, se ha cantado como mantra, la peligrosidad de este agente viral, que – y como se vaticinó en un inicio- mataría a millones de personas en el mundo.

Se ha bombardeado a la ciudadanía con esta información. Inclusive se dijo en un momento que todas las otras enfermedades ya no existían (lo dijo el ex ministro Mañalich).

A esta altura de la lectura, te estarás preguntando que tiene que ver Kissinger con el Covid 19 y su vacuna. Bueno, el punto es que en dicha discusión a la que hago referencia, tiene que ver con las declaraciones realizadas por el ex secretario de estado de USA, que avala la inoculación de la vacuna contra el COVID 19, sumándose a todos los líderes políticos mundiales, que han llamado a que se debe hacer en toda la población.

Los que defienden

Aquí, salieron varios a defender las vacunas. Las que han sido hasta cierto aspecto un agente impórtate de inmunización de la población, erradicando enfermedades como la poliomielitis, el sarampión o la rubeola. Pero no se toman en cuenta componentes que han sido utilizados por décadas en éstas, como lo son el mercurio y el aluminio, que se ocupan para mantener su durabilidad. Las que podrían causar estragos en futuras generaciones, y no en el que se inoculó.

Las dudas que se generan a raíz de toda esta situación, es el por qué las autoridades llaman a la comunidad a vacunarse, y han sumido recursos estatales importantes para este hecho, siendo que las cifras que arroja el propio ministerio de salud (aquí lo puede revisar: https://www.goal.com/es-cl/noticias/fase-del-coronavirus-en-chile-medidas-y-excepciones/nm8iwok53ykvz8xf1aj6tm31) no señalan a un agente viral mortífero como se dijo en un principio.

Las cifras

El índice de contagio que tiene la actual pandemia por corona virus, es porcentualmente bajísima, alcanzando un 0,2 frente a otras enfermedades (como x ejemplo la influenza, que alcanzó los 7,5 % durante el 2017 y 2018- datos que son confirmados por la santa OMS).

Además, la taza de letalidad también es sumamente baja, demostrando que el sistema inmunológico de un porcentaje importante de personas ha sorteado sin problemas esta “alerta sanitaria”, ya que se han contagiado poco más de 550 mil personas en estos 10 meses (sáquele el porcentaje frente a los 18, 19 millones que vivimos aquí, ósea 3,5% de la población.

Bajo este mismo parámetro, el número de muertos en total en esta crisis sanitaria no supera en este minuto el 0,09 %; lo que puede verificar con su calculadora, ya que se han muerto poco más de 16 mil personas en estos 10 meses, y ojo que un número importante de ellos, asociados a enfermedades de base y adultos mayores, cosa que es común todos los años con virus como influenza, sincicial, o gripes estacionales, que matan millones de personas al año, por el mismo tipo de complicaciones.

Entonces, si nos enfrentamos a un virus, que no representa una verdadera amenaza para la colectividad, contrastado con otras enfermedades o epidemias que ha declarado la OMS, donde no ha habido medidas de confinamiento; donde no se ha establecidos restricciones ni obligatoriedades, por qué se hacen ahora, frente a un virus que no tiene nada de mortal (amparado en las estadísticas), ¿por qué estamos restringidos?

La llegada de la vacuna

Siguiendo con esto de las vacunas, el presidente y su comitiva anunciaron millones de dosis para los chilenos, en diferentes etapas y grupos etarios, que fue coronado con la llegada de la primera partida (10 mil), gestionando un despliegue comunicacional y mediático intenso, helicópteros, aviones, para dos cajas, -todo esto como dato-.

El punto en esta discusión –creo yo- va mucho más allá de la biología. Tiene que ver con el manejo político que se ha dado; el aprovechamiento de las autoridades para un control de masas. El abaratamiento sistemático de la mano de obra, que se suma con la introducción de inmigrantes (amparado en las políticas migratorias a la que se ha adscrito Chile con la ONU). Además que las grandes empresas y conglomerados continúen acaparando los recursos y riquezas de una nación que se ha empobrecido a causa de la actual crisis sanitaria.

Entonces, amigos y conocidos y todos quienes puedan leer este par de líneas, en todo este jaleo por lo de la “bendita crisis sanitaria” muchos han olvidado algo sumamente trascendental a la hora de analizar una situación, la que abarca muchos aspectos, y que es el cruce de información.

Si, puede que yo esté equivocado con la información de las vacunas, y que claramente haya leído documentación que podría ser dudosa. Puede ser que muchas investigaciones y aportes en la inmunización de la población, las vacunas hayan sido un agente importante. Pero creo que ignorar todos los demás hechos, para abanderizarnos con una postura y fe ciega en líderes que han mentido, usufructuado, engañado y se han aprovechado del sistema de manera, y valga la redundancia, sistemática, es caer en la irresponsabilidad y la ignorancia.

La panacea

El presidente de nuestra nación ha dado su discurso y postura con respecto al proceso de vacunación, ensalzándolas como la panacea de esta crisis sanitaria. Pero, si el 7% de aprobación que tiene el actual mandatario, no le dice nada, entonces por qué le cree cuando habla de una situación que nos ha sumido en un totalitarismo estatal, y que podremos retomar la normalidad. Ósea, le cree que las vacunas contra el Covid son salvadoras, ¿pero no le cree lo demás?

Considero que la decisión de vacunarse o no, debe ser menester de cada persona o familia, que, en base a información fidedigna, amparada por estadísticas reales, tomen la determinación de efectuarlo o no. Ya que la intromisión del estado, en cosas que son de carácter hogareño, y que son decisiones personales, son la muestra de lo que se está fraguando en este momento. La invalidación de la libertad de elegir, enfrentado a un régimen seudo democrático, que disfraza las buenas intenciones con un TOTALITARISMO que escapa a toda comprensión.

Si ud desea vacunarse, y siente que su vida podrá continuar de forma segura y tranquila: hágalo. Si, por el contrario, piensa que no es así, no lo haga. Pese a que vivimos bajo fronteras, regidos por leyes y normativas sociales, somos soberanos de nuestro cuerpo, y soberanos de elegir que pensar, por lo que el estado no tiene el derecho ni la facultad de exigir este tipo de medidas.