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Recolección de orilla en Pelluhuín, alternativa natural ante tiempos de crisis

“Las cosas están malas, con esto de la crisis por el coronavirus.  La carne está cada vez más cara y acá tenemos mariscos.  Con lo que llevamos podemos congelarlos y se pueden usar en cualquier momento” Edith Villarroel.

Desde tiempos inmemoriales que la humanidad ha buscado sustento a través de la recolección.  Los productos marinos, que ofrece nuestro litoral, resultan ser una fuente proteica importante y natural.  Si pensamos que los mejores momentos para recolectar mariscos a orillas del mar, ocurren en luna nueva y luna llena, donde las diferencias de mareas son muy grandes (marea alta y baja), a lo que los entendidos llaman sicigia.  A este proceso que les relato, se unió otro fenómeno astronómico, que sólo ocurre cada 4 años y medio, y es que tuvimos una luna llena en perigeo (es decir, muy cerca de la tierra).  Resultado de todo esto: muchas personas recolectando almejas, caracoles y navajuelas principalmente.

Desde lejos se observan como familias completas se dieron a esta tarea.  El día de hoy es gris con algo de lluvia en Puerto Montt, pero esto no impidió que cientos de personas dejaran sus hogares temprano y mezclaran sus manos con la húmeda y fría arena de la playa de Pelluhuín.

Edith Villarroel y su marido José Mancilla viven desde siempre en el sector “desde pequeña que yo vivo acá, en la playa.  Es para nosotros costumbre venir a buscar mariscos cuando las mareas están buenas” dice Edith, mientras se arregla para una foto. 

Edith Villarroel

“Las cosas están malas, con esto de la crisis por el coronavirus.  La carne está cada vez más cara y acá tenemos mariscos.  Con lo que llevamos podemos congelarlos y se pueden usar en cualquier momento.  Cuando nos falte comida, podemos hacer empanadas o cualquier plato con estos mariscos que recolectamos” agrega Edith.

Ella está desde las 08 de la mañana junto a su familia.  Nos cuenta que trabaja en una escuela municipal y no sabe qué pasará este fin de mes “No sé si seguiré teniendo trabajo.  A nosotros nos renuevan el contrato cada 4 meses y yo creo que a fines de abril nos van a cortar.  Así que es bueno prepararse” señala con preocupación.

Edith Villarroel y José Mancilla

José Mancilla, también es oriundo de la playa.  Me aclara con orgullo que es marido de Edith.  Les propongo tomarles una foto juntos, a lo que acceden contentos “antes vivíamos acá mismo, en la playa.  Ahora nos cambiamos para Pelluco, pero siempre por este sector” nos detalla con sus manos entumecidas por el frío de la mañana y la humedad de la arena.  

Las familias disfrutan el momento.  Entre risas, las palas se entierran una y otra vez en la arena y desde allí salen caracoles, navajuelas y almejas.  La distancia social no es problema.  La playa es abierta y cada grupo tiene un espacio para su recolección.  Alcanza para todos y todas. 

Francisca “Este es mi segundo día que vengo…”

Francisca, también se vino temprano a recolectar.  Vino a buscar navajuelas para preparase empanadas durante este fin de semana “este es mi segundo día que vengo.  Ando con mi marido y mis sobrinos.  Vale la pena venir porque está todo muy caro y si quieres comprar algo tienes que hacer colas (filas) en el mercado.  Acá te relajas, sales un rato de tu casa y no corres ningún riesgo.  Son mareas grandes y la gente disfruta venir.  Es parte de nuestra cultura en Puerto Montt” nos relata mientras sostiene firme su pala.



Seguí caminando entre chorros de agua que saltan de la arena.  Esquivando canastos repletos de mariscos.  Muchas mujeres a pies descalzos, sumergen sus manos en el agua “con esto ya nos alcanza para un curanto” gritan de un lado a otro.

Es mejor que espere en la casa hasta que pase todo esto y ahí creo que es más seguro que viajeMarisol

Entre ellas encontré a Marisol.  Estaba llenando un pequeño canasto con navajuelas y almejas.  Nos contó que su marido está enfermo y que ella vino a buscar mariscos para vender y para preparar platos en base a productos del mar. “Lo tienen que ver en el Hospital de Valdivia (a su marido) pero con esto del virus es muy peligroso que vaya.  Es mejor que espere en la casa hasta que pase todo esto y ahí creo que es más seguro que viaje” dice mientras su mirada se fija en la arena sacando con destreza navajuelas cubiertas de arena.

Las horas pasan y se unen más y más personas a la recolección.  La lluvia cae, pero las risas abundan.  Al menos la crisis sanitaria y social que vivimos no nos ha robado eso.  Ni tampoco las ganas de salir adelante…con todo si no pa que!!

Recolección de orilla en Pelluhuín, alternativa natural ante tiempos de crisis por Betty Boom